¿Qué implica ser mujer emprendedora?

Por Lizette Weber

LinkedIn: Lizette Weber

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Como les platicaba en mi blog anterior; esa inquietud con la que nací me ha acompañado durante todo el camino de mi vida. Para mí, ser inquieta es una oportunidad y también un gran reto; porque hay que aprender a centralizar toda esa energía y encontrar balances adecuados tanto a nivel personal como profesional. De pronto la pasión por lo que uno hace como emprendedor, como decimos los que nos atrevemos a adentrarnos en este ecosistema, es como estar a diario en una montaña rusa de experiencias y emociones.

Pero como bien lo dijo el escritor Mark Twain: “Los dos días más importantes de mi vida son el día que nací y el día que encontré para qué”.

Y es así, cuando desde muy joven esa sensibilidad de poder plasmar a través de la música y de campañas de comunicación que decidí que una de mis causas era promover valores e incluso derechos de los niños; porque como mujer, mamá, tía y, sobre todo como una adulta que tiene el propósito de no dejar de rescatar las bondades de seguir siendo niña en cada etapa, encuentro en las niñas y en los niños una autenticidad impresionante. Los pequeños no juzgan, no tienen miedo de equivocarse; por el contrario, nos enseñan el valor que tiene caerse porque todos los seres humanos hemos aprendido de la misma manera a caminar: cayéndonos y levantándonos las veces que sean necesarias.

Antes de ser mamá, mi repertorio musical era de una joven con temas de amor, desamor y temas un tanto idealistas y existencialistas. En el año 2001 me embaracé de la primera de mis tres hijas y de manera natural, sin pensar en negocios ni emprendimientos, comencé a componer a mi bebita diferentes canciones y eso me hacia sentirme más cerca de ese ser maravilloso que estaba y crecía dentro de mí; y a la par que crecía mi panza, crecía mi repertorio musical.

Tengo la fortuna de venir de una familia en donde la equidad y la igualdad siempre han sido aceptadas: mis abuelas trabajaron y mi mamá trabajó durante más de 30 años siendo justo maestra de inglés para niños de preescolar. Todo ese bagaje, sumado a la fortuna de tener un marido de mente abierta y que nunca ha tenido problemas con que yo trabaje y me realice a nivel profesional, propició que me atreviera a dar ese gran paso que para muchos sería probablemente una tortura, pero para mi era un desafío que hacia que corriera y que corra aún más rápido la sangre por mis venas, de esta manera puedo inspirarme y generar más y más ideas; durante años trabajé en empresas de comunicación, mercadotecnia y relaciones públicas; así que mi personalidad se fue formando de una manera peculiar: artista+ejecutiva. A lo largo de mis años de estudio y de trabajo he aprendido el gran valor de trabajar en equipo, de ayudar y dejarte ayudar.

Así que, al nacer mi primera hija en el año 2002, decidí que la primera cita de trabajo a la cuál mi bebita me acompañó en su carriola, fuera con un abogado especialista en propiedad intelectual para que me pudiera guiar en cómo registrar y proteger los derechos de autor de mis canciones.

Mi propósito era poder compartir esa experiencia que vivía de manera propia con mis hijas con tantas mamás, papás, familiares y educadoras fuera posible.

Desde niña era muy fan de las caricaturas, así que me di a la tarea de encontrar ilustradores y la sorpresa más grata fue y sigue siendo encontrar tanto talento en México; talentos artísticos en diferentes ramas: arte, música, producción, entre otras.

Así es como nacen los personajes Ludi el pirata, amiga Lina y perico Limón, ahora marcas registradas. Fueron la combinación de ideas y de habilidades multidisciplinarias. Mientras tenía a mi bebé en brazos, le expliqué a un gran ilustrador cómo me imaginaba que pudieran ser cada uno de ellos y lo logró de una manera maravillosa.

Con el tiempo, los personajes animados, al igual que el mundo y que las personas, cambian, evolucionan y maduran. Se adaptan a las tendencias visuales que van siendo de preferencia de las nuevas generaciones.

Para registrar las marcas ante el IMPI (Instituto Mexicano de Propiedad Intelectual) era clave definir un perfil psicoemocional de cada personaje; para lo cuál me aseguré de colaborar con pedagogas y psicólogas que me ayudarán a dar los atributos y el sustento para que fueran personajes que hablen y que comuniquen de manera positiva, de manera responsable al público infantil, familiar y escolar. Porque si bien Ludi viene de la palabra lúdico, que significa juego, para mí lo más importante es la calidad de los mensajes tanto a nivel auditivo como a nivel visual.

Sigue siendo un gran reto, de pronto muy cansado, pero siempre fascinante; encontrar el equilibrio diario para hacer lo que cualquier otra mujer que trabaja, atiende casa, familia e incluso mascotas, tiene que lograr.