Estrategias para lograr que tus hijos sean mejores comensales y disminuyan la ansiedad en temas de la alimentación

Mtra. Esther Schiffman Selechnik

Nutrióloga y Especialista en Obesidad

@nutriologaesthers

 

Estimados lectores de Ludi el Pirata, espero estén muy bien. Yo muy emocionada de seguir colaborando como columnista en este maravilloso proyecto para las familias mexicanas y de todo el mundo. Como ya platicamos en mi primer columna, los primeros 1000 días del bebé son cruciales para disminuir el riesgo de obesidad a mediano y a largo plazo, pero además existen algunas estrategias que podemos hacer como papás para ayudar a nuestros hijos a no tener ansiedad en temas de alimentación, tener una buena relación con los alimentos y ser muy buenos comensales, lo que garantizará que tengan un adecuado crecimiento, desarrollo y puedan prevenir la gran mayoría de las enfermedades que nos están afectando en la actualidad.

  1. Dar lactancia materna, mínimo 6 meses y si es posible hasta los 2 años de edad. A través de la leche materna, la madre va acostumbrando al bebé a diferentes sabores, por lo que una dieta variada de la madre en esta etapa es muy importante.
  2. Evitar moler demasiado los alimentos durante la alimentación complementaria (antes llamada ablactación). Los niños necesitan acostumbrarse a nuevas texturas porque si no es así, después serán niños con un paladar muy limitado y con muchos problemas para nutrirse adecuadamente. Debemos evitar las papillas comerciales que vienen demasiado homogeneas e intentar ofrecer lo más posible papillas caseras que tengan pedacitos pequeñitos y que no contengan sal o algún otro aditivo al que el bebé pueda acostumbrarse.
  3. Ofrecer un desayuno completo y evitar largos periodos de ayuno. Se ha visto una relación directa entre el desayuno, el peso y el rendimiento escolar. Es recomendable ofrecer siempre un desayuno saludable, así como colaciones o snacks frecuentes que los mantengan satisfechos y que mantengan estables sus niveles de glucosa o azúcar en sangre, ya que un desayuno o colación muy rica en azúcares simples, aumentará tan drásticamente el azúcar en sangre, que al ser disminuida por el organismo provocará fatiga y falta de concentración en los pequeños, mismos que estarán hambrientos rápidamente y tendrán mucha ansiedad por consumir otro alimento que les vuelva a subir el azúcar en la sangre rápidamente. Estos picos de azúcar, además de disminuir su rendimiento cognitivo, pueden provocar mal humor y aumentan el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 a largo plazo. Un desayuno completo es aquel que contiene alimentos de los tres grupos de El Plato del Bien Comer: 1) Verduras y frutas, 2) cereales y tubérculos y; 3) alimentos de origen animal y leguminosas, por lo que un huevo al gusto + tortilla de maíz y 1 fruta, será un ejemplo de un desayuno que le ayudará a comenzar el día de la mejor manera. Lo mismo puede hacerse con el lunch escolar, ya que en los niños, este momento del día puede ser todavía más importante que el desayuno en el que talvés no tienen tanta hambre y habrá que respetarlos ofreciéndoles porciones muy pequeñas.
  4. Promover el gusto y la misma importancia por todos los alimentos. Generalmente, los papás damos demasiada importancia a los alimentos ricos en proteína (huevo, carne, leche) y hasta mencionamos frases como “aunque sea cómete el pollo y ya te puedes ir a jugar”. Lo anterior promueve ideas erróneas acerca de los alimentos y podría estar generando inconcientemente miedos hacia otros. Lo importante es enseñar que todos los alimentos tienen una función en el organismo y que el equilibrio entre todos será la clave para estar saludables.
  5. Involucrar a los niños en las compras y en ciertas partes de la preparación de platillos y del lunch. Llevarlos al mercado y que vean la variedad de verduras y frutas e involucrarlos en su selección aumenta su consumo, lo mismo ocurre cuando los niños se involucran en la preparación de platillos y diseñan con los padres algunos menús. Aprovechemos la tecnología para buscar con ellos recetas divertidas y ¡a cocinar en familia!.
  6. No darse por vencidos y sin obligar a que se los coman, seguir ofreciendo esos alimentos que no les gustan tanto. Se sabe que en ocasiones los niños tardan entre 12 y 19 veces en que les guste un nuevo alimento. Es muy importante Intentar ofrecerlos de diferentes maneras, ser creativos, colores brillantes, diferentes figuras…. No darse por vencidos, ya que en algún momento se atreverán a probar algo y sin presión lo integrarán a su cada vez más grande repertorio de platillos favoritos.
  7. Ofrecer a los niños porciones adecuadas a su edad. Servir en platos pequeños y porciones pequeñas ayudará a formar mejores hábitos en los niños ya que visualmente se acostumbrarán a la porción adecuada para su edad. Siempre será mejor que se sirvan otra vez si tienen hambre.
  8. Evitar limitar la cantidad de lo que comen. Los papás debemos ofrecer el tipo de alimento y los platillos que habrán en el día, pero los niños serán los encargados de decidir la cantidad que comerán, siguiendo sus señales de hambre y saciedad. Cuando el niño percibe ansiedad de los padres, se pone nervioso, ansioso y generalmente come de más o de menos. Lo mismo pasa cuando se presiona a los niños a terminarse lo que está en el plato, ya que esto va alterando sus propias señales de hambre y saciedad.
  9. Evitar hablar de dietas, de gordura y evitar hablar mal de las verduras frente a los niños. Los padres somos el mejor ejemplo y si los niños perciben una connotación negativa hacia las verduras desarrollarán un rechazo a esos alimentos. Lo mismo ocurre cuando se premia con dulces y postres, ya que estos adquirirán una connotación positiva que promoverá que se consuman cada vez que el niño tenga alguna experiencia negativa. También se ha visto que los niños que observan a sus padres hacer dieta de reducción de peso o seguir dietas que restringen algún grupo de alimentos (sin lácteos, sin carne, sin gluten o sin carbohidratos), comienzan a hacerlo a edades más tempranas, incrementando su riesgo de obesidad y/o trastornos de alimentación.
  10. Evitar prohibir algún alimento por completo. En lugar de enfocarse en lo malos que son algunos alimentos, es mejor promover los que más nutrimentos nos aportan y explicar sus beneficios a la salud. Es importante fomentar que todo con moderación es bueno y que no hay nada que sea “libre” o “prohibido” ya que los niños demasiado restringidos comerán esos alimentos a escondidas y en exceso.

El tema de la alimentación es muy complejo ya que cada familia tiene una realidad distinta, sin embargo, intenta que los momentos de comida sean en familia y sean un momento agradable para todos, en el que se permitan estar en el presente, disfrutando cada bocado, el sabor y la textura de cada platillo y que poco a poco generen una relación positiva con el momento de comer.

Nos vemos en la siguiente columna y si tienes alguna inquietud de algun tema nutrición, no dudes en escribirnos para poder despejar tus dudas.

 

 

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